La realidad del Liceo Nº 1, Juana de Ibarbourou de Cerro Largo, no es ajena a la que viven hoy la mayoría de los centros educativos de enseñanza secundaria del país. Problemáticas complejas enmarcadas en superpoblación estudiantil, dificultad en el acceso a los recursos y limitaciones burocráticas a la gestión, graves carencias en infraestructura, ausentismo y escases de docente, escases de personal de servicio y en general muy baja apropiación de los actores a su casa de estudios. Estos problemas seguramente conspiren en la construcción de una conciencia sobre la importancia de tener una buena educación pública, un buen ambiente laboral y de estudios, centros a la altura de un País que “quiere ser pero no es”.
Haciendo frente a esta realidad, se conformó el Consejo de Participación Liceal, luego de la convocatoria que se establece por la Ley 18437 y a la Circular Nº 30/10. Con participación de padres, alumnos, docentes y representantes de la comunidad organizada, como sugieren los artículos 76, 77 y 78 de dicha Ley.
COMPONENTES
Para la elección de los estudiantes, se presentaron alrededor de 50 candidatos de los cuatro turnos que funcionan en la institución, y quedaron elegidos por la voluntad estudiantil secreta y no obligatoria, tres estudiantes de 6to año.
Los docentes, en calidad de efectivos, interinos o suplentes estaban habilitados para postularse para integrar dicho Consejo, luego de la votación quedaron seleccionados dos de ellos.
Los padres o responsables de los alumnos también tienen voz en el consejo. Sin prejuicios de la existencia y funcionamiento de las APALEs liceales, podrán postularse como candidatos para integrar el órgano.
Por último, pero no menos importante, se encuentran los representantes de la comunidad, los que deberán estar en la zona, barrio o localidad del liceo.
A LA ACCIÓN
Con un plan de acción elaborado, el Consejo funciona hoy con la visión de “Contribuir al desarrollo de la Casa de Estudio, (…), enriquecer la masa crítica (…), y facilitar la formación de nuevas generaciones comprometidas con su territorio y país”, y con los objetivos de “Obtener recursos materiales complementarios a los presupuestales (…), y colaborar proactivamente con la Dirección del Liceo en los aspectos que esta requiera” –tal como lo establece el documento elaborado por integrantes del Consejo.
La tarea no es fácil, pero los estudiantes ya están reportando los primeros resultados, mejor comunicación entre las partes, comunicación en redes internas, mejor ambiente y más colaboración estudiantil, más sentido de pertenencia y compromiso con la Casa de Estudios.
En breve entrevistas con los jóvenes estudiantes del Consejo.